La Ruta de Tomar forma parte de un territorio ancestral donde la religiosidad, la naturaleza y la vida son indisociables. Desde el histórico convento templario, que fue sede de la Orden de Cristo y es hoy Patrimonio de la Humanidad, hasta el emblemático Santuario Mariano de Fátima, el paisaje está diseñado por el agua y la piedra. El río Nabão, con los arroyos que lo abastecen, está asociado al sistema hídrico del río Tajo y sus afluentes, que riegan los campos donde surgen pequeñas explotaciones agrícolas. En el horizonte se avista el Macizo Kárstico Estremenho, donde predomina la piedra caliza. El paisaje circundante puede ser imponente, y a la vez sereno y hermoso. La urbanidad y la ruralidad coexisten armoniosamente. La historia, la cultura y el arte transitan las distintas épocas del pasado y se funden en el presente, donde la memoria siempre se revitaliza. El patrimonio construido es notable, tanto por su antigüedad como por la calidad de las artes que confluyen en él.  Las experiencias culturales y sociales están marcadas por fiestas y tradiciones y una rica y genuina gastronomía. En este contexto destaca la Fiesta de los Tabuleiros, catalogada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial.