Santuario de Fátima
Lugar de peregrinación y espacio artístico
Los Caminos y sus itinerarios nos llevan hasta Fátima, en espíritu de verdadera peregrinación. La llegada al Santuario es el momento de encuentro con un lugar emblemático, donde religión y arte se entrelazan.
El Santuario se encuentra en Cova da Iria, lugar de las apariciones de la Virgen a los tres pastorcillos, en 1917. En este territorio yermo y poblado de olivos y encinas, se erigió el santuario y se desarrolló la ciudad de Fátima, cuya historia es indisociable de la historia de las apariciones y de la construcción del santuario.
En este ambiente, marcado por una naturaleza agreste y hermosa, y sobre una de estas encinas, los tres pastorcillos (Jacinta, Francisco y Lúcia) fueron testigos de la primera aparición de la Virgen en 1917. De este paisaje antiguo se conserva hoy en el recinto santuario una gran encina, junto a la capilla que fue construida en el sitio en el que se encontraba una pequeña encina, lugar de las apariciones.
Punto de encuentro de peregrinos y visitantes, y lugar de fe, el santuario es también un lugar donde el arte tiene su espacio y se expresa.
El santuario está formado por un conjunto monumental constituido por la capilla de las Apariciones (construida en 1919), la basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima y la iglesia de la Santísima Trinidad.
La basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima y la iglesia de la Santísima Trinidad poseen discursos arquitectónicos y estéticos diferenciados. Su organización espacial, en dos planos opuestos, permite crear el gran recinto de oración en el que se reúnen millones de peregrinos. En el punto visible para toda la multitud de peregrinos destaca la capilla de las Apariciones, protegida por una gran galería cubierta, dejando visible un lugar de oración y de importantes ceremonias religiosas.
Arquitectura y arte están presentes en todo el Santuario, denotando una relación elegante y sofisticada. Responde a las exigencias del lugar, del clima, de los materiales, y principalmente de la actitud espiritual que las diversas artes potencian y reflejan.
La basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, con diseño de Gerardus Samuel van Krieken (1864-1933), se inició con la colocación de la primera piedra el 13 de mayo de 1928. La consagración del templo tuvo lugar el 7 de octubre de 1953. La fachada de la basílica está precedida por una imponente escalinata que se prolonga en una columnata, de la autoría del arquitecto António Lino (1914-1961). En su estructura, basílica y columnata abrazan el amplio recinto de oración, en un anfiteatro abierto al mundo, destinado a la promoción espiritual y a la participación de la asamblea.
El conjunto escultórico de la columnata (ejecutado a partir de 1953) expresa la creatividad de los escultores Álvaro de Brée (1903-1962), António Duarte (1912-1998), Leopoldo de Almeida (1898-1975), Salvador Barata Feyo (1899-1990), Domingos Soares Branco (1925-2013), Maria Amélia Carvalheira (1904-1998), Sousa Caldas (1894-1965), Vasco Pereira da Conceição (1914-1992), Irene Vilar (1930-2008), José M. Mouta Barradas y Vítor Godinho Marques. La escultura que representa al Inmaculado Corazón de María, colocada en el centro de la fachada de la basílica el 13 de mayo de 1958, es una obra de la autoría del escultor y fraile dominicano Thomas MacGlynn (1906-1977).
En el interior do templo, las obras de arte son igualmente representativas. Maria Amélia Carvalheira (1904-1998) es la autora de la escultura de santo Domingo de Guzmán. Martinho de Brito creó las de san Antonio María Claret y de san Juan Eudes, y António Amaral Paiva la de san Esteban de Hungría. La representación de los pastorcillos corrió a cargo de dos escultores contemporáneos. José Rodrigues concibió la de san Francisco Marto y Clara Menéres la de santa Jacinta Marto.
Los 14 bronces dorados del Misterio del Rosario, de la autoría de Martinho de Brito, ofrecen la espontaneidad emocional y la coherencia del lenguaje plástico.
El alto relieve de la bóveda de la capilla mayor es responsabilidad de Maximiano Alves (1888-1954); los vitrales de los altares laterales, que traducen la letanía de Nuestra Señora, han sido creados por João de Sousa Araújo (n. 1929); y los 15 paneles en mosaico son de la autoría de Fred Pittino (1906-1991).
En el recinto del Santuario, se encuentra el pesebre, realizado en 1999 por el escultor José Aurélio para este espacio exterior, en un lenguaje moderno, pleno de simbologías y referencias iconográficas. En chapa de acero inoxidable, formando una sección triangular alargada, de 5 metros de altura, representa a un ángel con las alas levantadas, acogiendo y anunciando el nacimiento de Jesús.
La iglesia de la Santísima Trinidad, inaugurada el 12 de octubre de 2007, abrió un nuevo diálogo de convergencia y comunidad, invitando a la meditación, a la oración y a la comunión. El proyecto, de la autoría del arquitecto griego Alexandros Tombazis (n. 1939), incorporó aportaciones artísticas nacionales e internacionales, estableciendo una articulación consciente entre arquitectura y arte.
Las obras de arte del nuevo templo han sido confiadas a creadores de referencia en diversas áreas de producción artística contemporánea. Álvaro Siza-Vieira (n. 1933) pintó el panel de azulejos dedicado a los apóstoles Pedro y Pablo, colocado en la planta baja de la iglesia. Pedro Calapez (n. 1953) creó el pórtico principal. Francisco Providência (n. 1961) diseñó el nombre de los apóstoles a los que están dedicados las puertas laterales del templo. El canadiense Joe Kelly diseñó la pared frontal de cristal serigrafiado en numerosos idiomas. El esloveno Ivan Rupnik creó el mosaico en hoja de oro «La nueva Jerusalén del Apocalipsis de san Juan», que adorna la pared del presbiterio. La irlandesa Catherine Green concibió el gran crucifijo de bronce suspenso sobre el altar. El italiano Benedetto Pietrogrande esculpió, en mármol de Carrara, la imagen de Nuestra Señora para el presbiterio. En el exterior, la Cruz Alta del Santuario de Fátima fue construida por el alemán Robert Schad, y el polaco Czeslaw Dzwigaj realizó la estatua monumental del Papa Juan Pablo II.